viernes, 13 de enero de 2012

Dios te ve...!


         A través de la historia, esta frase ha resonado muchas veces desde una perspectiva negativa, dejando ver a un Dios amenazador, juez que sólo espera que el hombre caiga para juzgarlo y reprocharle su caída.
            Sin embargo, mamá Margarita nos enseña que esto no es así, sino que esta frase deja al descubierto la presencia amorosa de Dios en nuestra vida. Esta santa mujer comprendió bien esta realidad. Por eso, cada vez que podía, y a veces para prevenir algún peligro, se las repetía a sus queridos hijos, introduciéndolos así en la presencia paterna de Dios.
            Dios, por medio de mamá Margarita, grabó en el corazón de Juanito Bosco esta frase para que nunca la olvidara, ya que esta formaría parte vital del proyecto que Dios tenía para él.
            Juan Bosco, desde muy pequeño, fue enseñando con su palabra y su testimonio lo que había aprendido de su madre. Hasta el punto de ir materializando, poco a poco, ésta enseñanza con los oratorios festivos.
            Después Juan comprendió que el poner en práctica la enseñanza de su madre era cumplir la voluntad de Dios. En esto, Dios le reveló a Juan la vocación a la cual Él lo había llamado.
            Don Bosco, desde el inicio de su apostolado, tuvo la inquietud de trabajar por los jóvenes más pobre y en peligro y guiado por Don Cafasso pudo ir dando respuesta a esta inquietud.
            Como lo aprendió de su mamá, Don Bosco comenzó toda su obra introduciendo a sus primeros jóvenes en la presencia de Dios. Este deseo de hacer que los jóvenes vivieran en presencia de Dios lo llevó siempre a buscar a los jóvenes e ingeniarse la forma más adecuada de atraerlos a Él.
            Por esta razón, la obra de Don Bosco toma el nombre de oratorio. Oratorio como lugar de oración y qué es la oración, sino estar en presencia de Dios, un encuentro con Él.
            El Oratorio es la presencia de Dios que se vive en el juego, la música, los estudios, el compartir con los otros y, especialmente para Don Bosco, en la Eucaristía y la Reconciliación. Y todo lo que se hace en el Oratorio es expresión de la alegría de saber que vivimos en presencia de Dios.
            Cuántas veces mamá Margarita, estando en el Oratorio de Valdocco, repitió a los hijos de su hijo la frase que siempre le había dicho a su querido hijo Juan.
El “Dios te ve” de mamá Margarita nos abre la puerta a la Espiritualidad Juvenil Salesiana, especialmente a la vivencia de Dios en lo cotidiano y vivir a Dios en lo cotidiano es vivir en Oratorio. 
Anyelo Pereira SDB

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