sábado, 7 de enero de 2012

Quienes son los CDB


En la Iglesia somos un Instituto Secular masculino compuesto por fieles laicos, llamados por el Espíritu Santo a seguir a Cristo en la Secularidad Consagrada Salesiana. Asumimos la profesión de los Consejos Evangélicos de castidad, pobreza y obediencia para tender a la perfección de la caridad al estilo de Don Bosco sin habitar en una casa religiosa y formarse en un seminario, sino desde nuestra propia situación de laicos en el mundo Somos laicos que Dios consagra en la Iglesia para el mundo, no olvidamos ni el mundo por Dios, ni a Dios por el mundo.
Nos comprometemos a vivir los consejos evangélicos para vivir como Cristo, un amor casto, pobre y obediente, testimoniando así una libertad donada de total entrega al Reino según la espiritualidad salesiana, no nos identifica ningún signo externo. Somos testigos de un Dios que está vivo y que recorre los caminos de los hombres.
Rector Mayor de la comunidad salesiana 1977 a 1995 Nativo de la Lombardía, pero profundamente arraigado en la cultura latino-americana por su larga permanencia en Chile (1939-1971). Fuertemente enraizado en tradiciones culturales significativas y en una buena escuela teológica (de la que también fue profesor), tomó parte en el Concilio Vaticano II como perito, aportando juntamente con el rigor científico las experiencias pastorales y educativas vividas más allá del océano. Como Superior General de una importante institución religiosa y de otras numerosas “agrupaciones” unidas a ella, estuvo particularmente atento a los problemas del mundo y del Tercer Mundo.
Compartió sistemáticamente el Pan del Concilio con sus hermanos, mediante “cartas” bien precisas, formuladas como propuestas de vida (en la Iglesia y para la Iglesia con el carisma de Don Bosco).
Se mantuvo actualizado gracias a su participación en las asambleas eclesiales más significativas, de Medellín a Puebla, y en Roma en varios Sínodos, y como Presidente de la Unión de los Superiores Generales (USG). El Papa Juan Pablo II lo designó, junto con otros dos Superiores Generales (el benedictino y el jesuita), miembro del Sínodo extraordinario en el XX aniversario del Concilio.
Por éstas y otras notables experiencias y benemerencias, el rectorado de Don E. Viganò fue acentuando en la Familia Salesiana aquel “sentire cum Ecclesia" y aquella fidelidad al Papa que en Don Bosco fueron notas características e imprescindibles, mientras llevan adelante - sobre el parámetro eclesial - el “aggiornamento” "en fidelidad" al que está llamada la Familia Salesiana en los umbrales del Dos mil.

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